AYÚDANOS A RECOPILAR LOS «FLOWING MOMENTS» DE DANIEL

¡Comienza una nueva etapa para Daniel! se nos va de Flow una persona muy valiosa que ha hecho lo impensable por sus compañeros y por los proyectos de Flow. Nos ha enseñado mucho y deja una huella muy profunda tanto en lo personal como en lo profesional, por eso queremos dedicarle esta sección. ¡Vamos a reunir cada historia, cada frase, cada anécdota que haya mejorado cualquier proyecto o a cualquiera de nosotros! ¿Nos ayudas?

Cuéntanos aquí aquello gracioso que decía o algo que hizo que un momento fuera memorable, añade tu nombre para que sepa quién le recuerda y dedícale unas palabras. Ayúdanos a construir este muro de historias y dedicatorias. ¡Deseemos entre todos un Let it flow! bien grande a Daniel!

Añade tu flowing moment 😉

6 Comments

  • Cristina dice:

    Para Daniel yo era su «tocaya» en vez de su colega : )

  • Jesus Cao dice:

    Llevo trabajando con Daniel más de 15 años. Nos cedió generosamente un rincón de su oficina para que pudiéramos empezar nuestra empresa. Crecimos y buscamos nuestro espacio y, con una extraña simetría de esas que tiene la vida, sus últimos años de trabajo los ha desarrollado en un puesto de Flow desde el que ha compartido con todos nosotros su conocimiento y su experiencia.
    Los dos recuerdos que me vienen a la mente también son simétricos. El más lejano es el de un concurso que mi socio y yo acabamos de madrugada y a cuya entrega en Sevilla ya no llegábamos con los servicios de mensajería. Así que Daniel nos metió en su coche y atravesó esa noche la península para llevarnos de buena mañana a entregar nuestro proyecto.
    El recuerdo más cercano es el de esta última temporada, cargada de proyectos y obras por toda España. Daniel, el más veterano de todo el equipo, no ha dejado de viajar de Gijón a Valencia, de Vitoria a Marbella, de Madrid a Córdoba. Ha trabajado hasta el último día con entrega y entusiasmo y ha conseguido cumplir con creces todos los objetivos que se había marcado.
    Le echaremos mucho de menos en Flow, colgado del teléfono y «dibujando para ti». Merecidamente ha decidido descansar. Aquí tendrá siempre la puerta abierta.

  • Celestino Martínez dice:

    Si hay un recuerdo que asocio a Daniel es su llegada a la oficina. Todos los días, pero especialmente los lunes, hace el recorrido hasta su mesa parándose a comentar un momento con cada uno de nosotros si el fin de semana ha ido bien, qué tal estamos o el comentario del último partido del Athletic. Una costumbre muy alineada con sus modales exquisitos. Ese es otro punto que recuerdo; en todo el tiempo que le conozco podría asegurar que nunca le he oído pronunciar una palabrota. Incluso nos pidió permiso para invitarnos a un café para celebrar la despedida en el último día que coincidimos.

    Otra cosa que me llama la atención es la combinación entre persistencia y paciencia. Recuerdo comentar con un compañero alguna llamada de Daniel a un proveedor y relacionarlo con uno de esos partidos de Rafa Nadal en los que consigue la victoria tras convencer a su rival de que, si no desiste, él va a estar devolviendo bolas hasta el fin de los tiempos.

    Sé que no voy a ser muy original, pero se ha merecido su descanso y vamos e echarle mucho de menos.

  • Laura Calvo dice:

    Qué voy a decir yo de él, para mí además de ser un maravilloso padre me ha enseñado un montón de cosas a nivel laboral y he disfrutado un montón trabajando con él. Siempre correcto y alegre. Se nota que le encanta su profesión. Los años que estuve sin trabajar junto a él puedo decir que le eché de menos y estoy encantada de haber podido disfrutar de sus últimos momentos de trabajo. Ahora disfrutará un montón de su familia y en especial de sus nietos.

  • Jose Maria Ordoñez dice:

    Aparte de todo lo que me ha enseñado Daniel en Flow no olvidare jamás ni a él ni los buenos momentos que me ha hecho pasar tanto en la obra como fuera de ella.
    Cuando me tiraba 7 u 8 semanas lejos de casa, casi todas las semanas me venía a visitar. Recuerdo que cenábamos juntos y, después de cenar, nos tomábamos ese gin tonic que me sabía a gloria, no por el gin tonic sino por las compañía que tenía. Nos tirábamos charlando hasta que alguno se daba cuenta que al día siguiente había que madrugar.
    Una anécdota que echaremos de menos todos los gremios y yo son los dibujos que nos dejaba en todas las paredes de las obras y hasta en placas de cartón yeso sin colocar. No dejaba una pared sin dibujos, y yo iba sacando fotos de los dibujos para no olvidarme de nada.

  • Xabier Para dice:

    Quien haya recibido una llamada y haya escuchado eso de: “sí, buenos días, hablas con Daniel”, habrá tenido la suerte de encontrarse al otro lado de la red con un profesional.
    Y es que se hace notar allá donde va. Pero es lógico, porque le avala la experiencia y su voz debe ser escuchada. Y así lo hacíamos pues siempre hemos estado entre el “a ver qué dice Daniel” y el “espera, mejor lo miramos con él ”.
    Pasar de “la vieja escuela” al Flow del siglo XXI no resulta nada fácil, pero Daniel lo ha hecho. Se ha adaptado a las líneas creativas, al presupuesto casi inmediato y sin «colchones», al ritmo frenético de las obras en 4 semanas y, por el camino, nos ha transmitido los valores fundamentales del “saber hacer” de la profesión tradicional. Eso sí, sin abandonar la “planilla” en A3, ese jeroglífico impreso con mil anotaciones que solo él (y algún otro secuaz privilegiado) sabe descifrar y en el que está TODO.
    En cualquier caso, y trabajo aparte, me quedo con su buen talante. Entre un chiste y una sonrisa, se colaban todos los días las palabras de ánimo de un tenaz compañero que te tiende una mano. Nos conocemos hace ya muchos años y siempre me ha trasmitido un respeto y un afecto que van más allá de lo profesional. ¡Gracias!

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